El invierno puede sorprendernos con paisajes únicos provocados por la caída de las hojas de los árboles o por las primeras nevadas. No obstante, cuando alguno de estos elementos se acumulan en la carretera, debemos prestar especial atención y aumentar la precaución al volante. Y es que cualquiera de estos fenómenos adversos reducen considerablemente el agarre. Pero no solo el hielo y la nieve resultan peligrosos en esta época. Y es que puede parecer una tontería, pero las hojas secas en el asfalto son un peligro, y más si cabe si estas están mojadas. Por lo tanto, si circula por zonas boscosas o simplemente por zonas arboladas -incluso en ciudad-, debemos «prestar atención a la presencia de hojas caídas sobre la calzada». Así lo manifiestan desde la Dirección General de Tráfico.

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